El manual del vecino incómodo. Entendiendo el art. 7 de la LPH.

DALL·E 2025-03-14 22.05.29 – An apartment building with various residents engaged in different activities violating community rules. One neighbor is playing loud music, disturbing

El manual del vecino incómodo. Entendiendo el art. 7 de la LPH.

Actividades prohibidas en tu Comunidad según la LPH.

Vivir en una comunidad de propietarios es como un paseo por el parque pero como ¡si el parque estuviera lleno de animales salvajes, niños con megáfonos y alguien quemando hamburguesas en la barbacoa!

Las comunidades de vecinos requieren reglas, sí, pero a veces parecen ser más una receta para el caos que una guía de convivencia.

La buena noticia es que la Ley de Propiedad Horizontal está aquí para poner un poco de orden. ¡Al menos en teoría!

El artículo 7 de la LPH establece que los propietarios y arrendatarios no pueden hacer actividades que sean, digámoslo de manera elegante, nocivas para la salud, la seguridad o el bienestar de la comunidad.

En otras palabras, si quieres hacer lo que te plazca, asegúrate de que no lo estés haciendo en medio de una comunidad que, por alguna razón ¡ya ves!, prefiere la paz y la tranquilidad.

Pero, ¿qué pasa si un vecino decide ignorar esos límites y convierte su vivienda en una especie de discoteca clandestina o un taller de ruidos? Vamos a averiguarlo.

Primero, aclaremos algo importante, la LPH no nos da una lista infinita de cosas prohibidas, como si fuéramos niños haciendo una lista de “cosas que no se deben hacer”.

No, la ley se centra en lo que realmente importa, o sea, esas actividades que hacen que tus vecinos consideren mudarse al Himalaya para evitarte.

La ley dice que no se pueden hacer cosas que interrumpan el descanso, la salud o la seguridad de los demás.

Claro, ¿quién no querría dormir toda la noche mientras alguien pone a todo volumen música de reggaeton a las 3 a.m.?

Uno de los clásicos más comunes es el vecino fiestero, ¡ya sabes! el que organiza fiestas épicas a las 4 de la mañana, convierte su salón en una pista de baile y parece estar convencido de que los demás disfrutan de la misma música a todo volumen.

Ah, y no olvidemos los gritos de “¡otra ronda!” a las 5 de la mañana.

¿Qué dice la LPH sobre esto? Pues que, sí, las fiestas ruidosas son un gran problema, especialmente si se hacen cuando la mayoría de las personas está intentando dormir.

Cada comunidad tiene sus normas internas, claro, pero lo que es un hecho indiscutible es que hacer ruido en horarios indecentes es una infracción de la ley.

Si vives al lado del fiestero, ya sabes lo que toca, quejas, advertencias, y si la cosa se pone fea, sanciones que van desde una mirada fulminante hasta una demanda judicial.

Otro clásico es el inquilino que decide que su casa es el nuevo «coworking» de la comunidad, ¡como si no hubiera suficientes oficinas en la ciudad!, y decide que lo mejor es montar su pequeño imperio desde su salón, recibe clientes a todas horas, pasa sus días gritando al teléfono y convierte su piso en un vaivén constante de personas.

Muy profesional, claro, pero ¿quién te pide que conviertas tu casa en un centro

 de negocios? La LPH dice que las actividades comerciales que alteran la paz de la comunidad están prohibidas, lo cual parece bastante razonable. Nadie quiere vivir en una oficina, ¿verdad?

Eso sí, si insistes en ser emprendedor, al menos asegúrate de que tus clientes no se estrellen en las escaleras de los demás vecinos.

La comunidad tiene todo el derecho de pedirte que dejes de convertir tu piso en un centro comercial, y si no lo haces, la ley te lo puede recordar.

¿Y qué pasa con las reformas no autorizadas? ¡Un aplauso para los que deciden hacer reformas sin pedir permiso!

Nada como escuchar el sonido de un martillo a las 8 de la mañana, seguido de un “¡Lo siento, estoy reformando el baño!” ¿Reformando? Más bien estás demoliéndolo.

Según la LPH, las reformas que afectan a la estructura del edificio o a las instalaciones comunes necesitan ser aprobadas por la junta de propietarios. Sí, esa pequeña formalidad de avisar a los demás para que no tengas a medio barrio preocupado por un derrumbe. Y, aunque las reformas interiores no siempre necesiten el visto bueno de la comunidad, si estás tocando la fontanería o los cables eléctricos, mejor que avises antesde convertir tu casa en una bomba de relojería.

Y, por supuesto, el uso indebido de las zonas comunes.

¿Qué puede ser más divertido que dejar tus pertenencias en el pasillo, bloquear una escalera o usar el trastero común como si fuera tu propio armario? ¡Total, son comunes!

Pues la LPH no está tan emocionada con esas ideas.

El uso indebido de los espacios comunes no solo es molesto, sino que puede ser peligroso, ¡sobre todo si bloqueas una salida de emergencia y luego la gente se queda atrapada durante un incendio!

Nada mejor para ser un “buen vecino” como una buena dosis de obstrucción de salidas de emergencia.

Ahora que hemos revisado algunos de los “delitos” más comunes en las comunidades de propietarios, la pregunta es ¿cómo no ser ese vecino del que todos se quejan?

Pues es muy simple, “sólo” sigue las reglas.

Si vas a hacer reformas, avisa, si vas a organizar una fiesta, asegúrate de que tus vecinos estén invitados, si tu trabajo desde casa afecta a los demás, ponlo en silencio o alquila una oficina y, sobre todo, respeta las zonas comunes como si fueran la extensión de tu propio baño (aunque, sinceramente, sería mejor que no lo hagas).

Si eres el vecino al que todos odian, no te preocupes, la ley está de tu parte…, “para hacer que te detengan”.

La comunidad puede imponer sanciones que van desde “miradas fulminantes de todos tus convecinos” hasta multas de las que no te vas a recuperar en años, o incluso llevarte a juicio si te pasas de la raya. La clave es saber cuándo parar y actuar con sentido común.

Así que, ya lo sabes, vivir en una comunidad de propietarios es como estar en una gran familia pero una familia en la que tienes que ser educado, respetuoso y evitar hacer cosas que desaten el caos.

Sigue las normas del artículo 7 de la LPH y convertirás tu comunidad en un lugar de paz… ¡o al menos lo intentarás!

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