¡Ser presidente de tu comunidad nunca fue tan fácil!
Con un administrador colegiado, todo estará bajo control.
Si alguna vez te ha tocado asumir el cargo de presidente de tu comunidad de vecinos, es posible que al principio hayas sentido cierta inquietud o hasta temor ante la responsabilidad. ¡Es normal!
La imagen de interminables reuniones, gestiones complejas y posibles conflictos entre vecinos puede hacer que muchos deseen huir en cuanto reciben la noticia, pero tranquilo, porque con el respaldo de un administrador de fincas colegiado, esta tarea se convierte en algo mucho más sencillo de lo que parece.
Hoy te vamos a desglosar todo lo que implica ser presidente de una comunidad, explicando en qué consiste el cargo, qué habilidades pueden facilitarte la gestión y, lo más importante, cómo un administrador profesional puede transformar esta experiencia en algo llevadero e incluso beneficioso para todos los vecinos.
El papel del presidente de la comunidad, “una responsabilidad compartida”.
Si te acaban de nombrar presidente y sientes que te han lanzado un marrón, respira hondo. No estás solo en esto. La clave para que todo funcione correctamente es apoyarte en
un buen administrador de fincas colegiado, quien te proporcionará el respaldo necesario para desempeñar tu papel sin agobios.
El presidente es la figura que representa a la comunidad de vecinos ante terceros, pero eso no significa que tenga que ocuparse personalmente de todas las gestiones.
Su función principal es velar por el buen funcionamiento del edificio o urbanización, coordinando con el administrador las acciones necesarias para garantizarlo. En definitiva, serás el nexo entre los vecinos y los profesionales que gestionan los aspectos técnicos, económicos y legales de la comunidad.
Responsabilidades del presidente de la comunidad.
1. Ser la cara visible de la comunidad.
El presidente actúa como representante de la comunidad en diferentes ámbitos, como ante bancos, proveedores o administraciones públicas. Sin embargo, esto no significa que deba conocer al detalle aspectos legales o financieros.
Aquí es donde entra en juego el administrador de fincas colegiado, que se encarga de las gestiones más complejas, asegurándose de que todo esté en ordeny ajustado a la normativa.
Si surgen conflictos entre vecinos, el administrador también actuará como mediador, asesorándote sobre cómo manejar las situaciones para encontrar soluciones rápidas y efectivas.
2. Convocar y presidir reuniones.
Las juntas de propietarios son una de las tareas que más pueden preocupar a quienes asumen la presidencia, pero la realidad es que con un buen administrador colegiado todo se vuelve más sencillo.
Él se encargará de;
- Redactar y enviar las convocatorias a todos los propietarios.
- Preparar el orden del día, asegurando que se traten los temas importantes.
- Asesorarte sobre cómo moderar la reunión para evitar discusiones interminables.
- Redactar el acta con los acuerdos tomados y enviarla a los propietarios.
De este modo, las reuniones serán más eficientes, organizadas y sin caos innecesario.
3. Supervisar las cuentas de la comunidad.
El aspecto económico es uno de los puntos críticos en cualquier comunidad de propietarios. Sin embargo, el presidente no tiene que ser un experto en finanzas para garantizar una buena gestión.
Con un administrador de fincas colegiado a tu lado, las cuentas estarán en buenas manos.
Entre sus funciones están;
- Elaborar el presupuesto anual.
- Llevar un control exhaustivo de los ingresos y gastos.
- Gestionar la morosidad, evitando que tengas que enfrentarte personalmente con los vecinos que no pagan.
Tu labor se limitará a revisar los números y aprobar las decisiones con el respaldo de un experto que velará por el equilibrio económico de la comunidad.
4. Velar por el mantenimiento de las zonas comunes.
Las comunidades de vecinos requieren un mantenimiento constante, la limpieza, la jardinería, los ascensores, la iluminación o la seguridad, y un sinfín de aspectos que pueden generar preocupaciones. Pero nuevamente, el presidente no tiene que encargarse de todo esto de manera directa. Basta con comunicar las incidencias al administrador, quien se ocupará de;
- Contactar con proveedores y solicitar presupuestos.
- Contratar los servicios necesarios.
- Garantizar que las reparaciones y mantenimientos se realicen en tiempo y forma.
- Cumplir con las normativas de seguridad y regulaciones vigentes.
De esta manera, sólo tendrás que dar el visto bueno a las decisiones sin cargar con la gestión operativa.
Habilidades que te ayudarán como presidente.
Aunque el papel de presidente se vuelve mucho más sencillo con el apoyo de un administrador de fincas, algunas habilidades pueden facilitarte aún más la tarea.
- La comunicación clara, escuchando a los vecino
s y transmitir la información de manera sencilla y sin rodeos ayuda a evitar malentendidos.
- La organización, pues mantener cierta estructura en la documentación facilita la coordinación con el administrador.
- Una actitud colaborativa y comprender que no estás solo en esto y confiar en los profesionales hará que todo fluya mejor.
Así, si has llegado hasta aquí, ya sabes que «ser presidente no tiene que ser un problema”.
Si bien es cierto que la Ley de Propiedad Horizontal establece la obligatoriedad de asumir el cargo de presidente, también es posible renunciar a él mediante un recurso judicial en casos justificados.
Pero, como ya te hemos dicho, con un administrador de fincas colegiado de confianza, esta tarea deja de ser un quebradero de cabeza y se convierte en una gestión eficiente y llevadera.
Un buen administrador te liberará de las tareas más pesadas, gestionará los asuntos económicos y legales con profesionalismo, y te proporcionará el respaldo necesario para que la comunidad funcione correctamente.
Si este año te toca ser presidente, relájate y confía en los expertos.
En MABESU estamos aquí para hacer que esta experiencia sea fácil, eficiente y sin estrés.